Emilce Oliva.....Niños desaparecidos. "Hay dos días de máxima importancia en la vida de una persona:el día en que nace y el día en que descubre por qué". William Barclay

lunes, 2 de marzo de 2009

La extorsión y la crisis…
Si algo sorprende a los especialistas en seguridad, es la capacidad que tiene la delincuencia para adaptarse a las condiciones que impone la vida diaria.
Una de las manifestaciones de la criminalidad que las autoridades han detectado; y desde luego están combatiendo; son las extorsiones.
Los delincuentes en prisión inauguraron hace algunos años una forma de criminalidad, que es la de extorsionar a las familias, con el señuelo de que han secuestrado a algunos de sus integrantes.
Con la migración de ciudadanos hacia los Estados Unidos de América, las familias comenzaron a recibir llamadas de que algo estaba pasando con el retorno de algún hermano, sobrino, o familiar común.
Decían en la llamada que estaba el familiar detenido, y que se necesitaba el envío de por lo menos 50, 000.00 pesos (Mexicanos), para dejarlo en libertad. Muchos de los familiares cayeron en la trampa e hicieron los depósitos ordenados por los delincuentes, sin antes verificar donde se encontraba el familiar.
Al final de cuentas, se enteraban que nada había sido cierto, y que el hermano, el sobrino, el familiar, estaba trabajando sin enterarse de lo que estaba pasando.
Hace unos días, y de esto seguramente no hay denuncia formal, le hicieron una llamada a un padre de familia, y le pusieron a la bocina supuestamente la voz de sus hijas demandando ayuda para ser liberadas. Los delincuentes a cambio de dejarlas en libertad, lo obligaron a depositar 100,000.00 pesos (Mexicanos).
La víctima de extorsión jamás confirmó si el secuestro era cierto, antes de pagar el rescate, y cuando llegó a su casa resulta que ni la esposa ni las hijas, afortunadamente, habían sido secuestradas.
Mientras, los 100,000.00 pesos (Mexicanos) ya habían sido cobrados y la cuenta congelada.
Sin embargo, en algunos lugares de la República Mexicana, algunas familias han comenzado a mandar a sus hijas a estudiar a otras partes del país, porque se ha instalado una nueva modalidad de extorsión muy singular; “a crédito”.
La cual se simplifica en que, para no secuestrar a la hija o al hijo, los bandidos le piden a las familias, una especie de enganche, y establecen pagos que van desde los 3,000.00 a los 50,000.00 pesos (Mexicanos).
Por supuesto ninguna familia hasta ahora ha querido correr el riesgo de la denuncia formal, (pues demasiadas personas desconfían de la discreción y capacidad de dar respuesta por parte de las autoridades en este tipo de delitos, aludiendo a la probable participación de las mismas autoridades en la práctica de estos delitos) y están decidiendo sacar a los hijos a vivir a otra parte.
Esto habla de que la delincuencia esta adaptándose a la crisis, y como sabe que no puede cobrar de una sola emisión el rescate, están optando por dejarlo en abonos chiquitos.
En la mayoría de los estados ya ha logrado erradicar el negocio de los sorteos, (los cuales eran notificados vía telefonía celular) y que sorprendieron a muchos, cuando fueron enterados de que habían ganado un automóvil ultimo modelo y que tenían que depositar una cantidad o el costo de tarjetas telefónicas.
La extorsión esta operando en la crisis, cuando todavía hace menos de un mes un empresario fue obligado a aceptar, a cambio de su vida y la de su familia, a cumplir el acuerdo de depositar 50,000.00 pesos (Mexicanos) mensuales.
Los estudios al respecto concluyen que la mayoría de estas extorsiones siguen en franca impunidad porque no se denuncian, y porque no hay confianza en que las autoridades puedan detener a los responsables.
La extorsión “en pagos”, es ahora una de las actualizaciones del crimen organizado, que tienen que investigarse y perseguirse a nivel local, estatal y federal.
Debe de instalarse una unidad especializada y dedicada al esclarecimiento de este tipo de conductas delictivas, para reducir los casos y generar el ambiente de confianza en las instituciones que demanda la ciudadanía en general.
El problema desde luego, es que las familias siguen sin estar dispuestas a correr los riesgos de la denuncia, pero es la única forma en que las autoridades pueden intervenir y tomar conocimiento de los datos.
La moda entonces, es pagar la extorsión en “pagos”, para cubrir una especie de seguro a la delincuencia, para que nadie de la familia sea secuestrado.
Un punto de referencia, coinciden los estudiosos en este momento, es el tipo de automóvil que el jefe de familia utiliza. Los delincuentes no investigan si fue comprado con esfuerzo o a crédito, simplemente presumen que quien conduce un automóvil ultimo modelo y de las llamadas marcas caras, es candidato a la extorsión.
La criminalidad se actualiza e plena crisis…

José Luis Pérez Ortiz.
Teniente de Sanidad.