Emilce Oliva.....Niños desaparecidos. "Hay dos días de máxima importancia en la vida de una persona:el día en que nace y el día en que descubre por qué". William Barclay

sábado, 1 de noviembre de 2008


La muerte de Joana
Por Duarte Levy
Joana Isabel Cipriano Guerreiro, tenía ocho años el día que desapareció. Su madre y su tío fueron llevados a juicio y sentenciados por su muerte a pesar de que su cuerpo nunca fue encontrado.


Un mes después de la desaparición, el director nacional de la PJ decidió enviar tres inspectores a Faro para encontrar a Joana. Para entonces la madre y el tío ya habían confesado el crimen, pero no el paradero del cuerpo. Fueron interrogados nuevamente pero no revelaron nada sobre el cuerpo.


El expediente revela que Joao, el tío de Joana, es un manipulador y violento bajo los efectos del alcohol. El día que su sobrina desapareció, el había pasado la tarde bebiendo. Joao y Leonor son descriptos por sus vecinos como gente muy rara con una "historia de relaciones sexuales entre hermanos y con sus padres, violencia domestica y posiblemente consanguinidad".


Joao había tenido relaciones sexuales con sus dos hermanas, su melliza Anabela y con Leonor a quien su madre forzó a dedicarse a la prostitución. En el momento del crimen, Leonor estaba viviendo con sus tres hijos y tenía un cuarto con el cual no tenía contacto.


Para explicar el crimen, Joao y Leonor Cipriano declararon que Joana los había visto fornicando y los amenazo con contárselo a su padrastro. La PJ no acepto esta explicación ya que Joana amaba a su madre y seguramente se callaría.


La investigación concluyo que probablemente Joao violo a su sobrina delante de su pasiva madre y entonces ambos la golpearon hasta matarla. Esto explicaría por que ocultaron el cuerpo: Joao prefería admitir que había matado a Joana en lugar de admitir que la había violado. Sin el cuerpo no había posibilidad de probar la violación.


Joao admitió haber agredido a Joana, primero ante los inspectores y después frente a su abogado y que ella "permanecía en el suelo inmóvil" .Sin embargo, mientras la madre pretendía buscar a su hija junto con su novio, Joao admitió que fue él quien corto el cuerpo, lo escondió en el maletero de un coche que iba a ser desmantelado, el cual fue llevado a España y compactado.


Esta es la historia que Joao le conto a los inspectores y repitió al día siguiente en presencia de su abogado. Pero cuando le preguntaron si la había violado dijo: "Yo no la lastime, solo la mate"


Los forenses encontraron en la casa las sandalias que su madre dijo que Joana tenía puestas cuando desapareció. También rastros de sus cara y mano sobre las paredes lo que confirmaría las declaraciones de Joao. Rastros de sangre sobre el piso y en el refrigerador donde el tío dice haber guardado el cadáver antes de trasladarlo al coche y esperma en la cama y ropa interior de Joana.


Pensando que Joao ya había confesado, Leonor admitió los hechos durante el interrogatorio y mirando una foto de su hija que estaba pegada en la pared, le pidió perdón.


En ese momento ella perdió el control y dijo que quería matarse. Parece que el inspector estaba ocupado escribiendo el informe cuando escucho los gritos. Según él, sus colegas le dijeron que Leonor había intentado suicidarse tirándose por las escaleras. Fue examinada por un médico y retenida.


Al día siguiente, la policía recibió una llamada anónima informando que había gente dentro de la prisión tratando de convencer a Leonor que dijera que los inspectores la habían atacado: el director de la cárcel mando una foto de Leonor al director de la PJ y a la prensa acusando a los inspectores por la agresión.


Una carta enviada por otro preso contradice esta versión: ella afirma que Leonor dijo que se había tirado por las escaleras pero que después de una reunión con el director de la cárcel, cambio su versión y dijo que había sido torturada y que esperaba recibir una compensación.


A pesar de varias confrontaciones con los inspectores, Leonor no pudo identificarlos pero el fiscal decidió seguir con la acusación.


El abogado de los inspectores y Carlos Anjos, presidente de la Asociación de Investigación Criminal, consideran que esta decisión tiene una motivación política.